Desde hacía ya tiempo, todo se lo contaba únicamente a ese cuaderno, lo rescató de un cajón lleno de recuerdos y lo convirtió en su mejor amigo, en su único oyente, como si el miedo la escondiese para no descubrirse hacia nadie ni nada nuevo, o quizá no había mucho que descubrir....él era el único en su vida que sabía todo de ella...triste si, pero a veces las personas son mucho más simples de lo que aparentan, o eso se decía ella cada noche para convencerse de que no es tan difícil hacerla feliz.
Aún así, cuando llegó el momento de volar tras la tormenta, creyó estar segura del salto, bueno no, sabía que lo estaba...pero no puedo evitar sentir las alas algo mojadas aún, había llovido fuerte y por mucho que te empeñes la tierra tarda en tragarse todo el agua...Hacía ya tiempo que no sentía esa sensación que te dice que hay que dar una gran cambio, era imposible confundirla...lo tenía todo a su favor, y aún así le pudo el corazón. No lo niega, nunca ha sabido comprenderlo, comprenderse y es que cuando la habitación se le queda a oscuras siempre tarda eternidades en encontrar el interruptor, por eso esta vez se sorprendió al ver lo rápido que lo sintió en su mano, pero siguió asustada al encenderlo. Click. Puede que se esté dejando llevar por las ganas de volver a ver la luz, por el vértigo a quedarse a oscuras para siempre, últimamente la electricidad está algo cara y no se puede uno dedicar a encender bombillas, por las ganas de convencerse de que en realidad no es la persona más difícil de entender que se ha cruzado jamás...y aún así se arriesga a un cortocircuito...los impulsos nunca la dejaron indiferente....
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