Se lo pregunta cada día, el eterno "por qué" en su cabeza, se apunta las frases cada noche para que no se le olviden y así intentar unirlas por la mañana, se acurruca junto a su adorada pared de terciopelo pidiendo soñar, soñar algo. "Antes molabas", la dicen, y le encanta pasar el tiempo recordando lo inmensamente feliz que ha sido cuando no le ha importado absolutamente nada, no sabía nada y siempre ha sido una de esas chicas que piensan que la ignorancia tiene un puntito dulce. Sube cada mañana la persiana de su corazón deseando poder sonreír por alguien que sabe que existe ahí fuera y solo se ve a ella retrocediendo, los sonidos se oscurecen y el tono gris se hace inaguantable al oído, siempre le queda conformarse con el dulce del café. - ¿POR QUÉ?- Pensaba que esto sería más fácil, se veía con fuerza para afrontarlo y eso que no suele ser de esas que se aferran al autoengaño pero esto se está alargando demasiado y nunca supo aguantar un sentimiento de culpa a hombros. A veces se repite a sí misma que la clave sería perderse y así dejar de desenredar colores, sabe quién es y a veces lo esconde como si de algo malo se tratase, le da miedo o no quiere descubrir algo que no le guste, el tiempo no siempre lo cura todo y estas ganas de abrazarte no pueden quedarse así. Puede que aún no este preparada para volver a querer.
¿Podrías hacer que eso cambiase?
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