15 nov 2010
Mi boli ya ni escribe, y es porque parece que sólo sé escribir cuándo estoy mal. Gracias a lo que sea, hace bastante que no me siento así, y creo que va a ser por ti.
Me encontraste cuándo menos lo esperaba, o mejor dicho, cuándo no esperaba ni deseaba absolutamente nada que no fuese salir corriendo, esconderme dónde no me conociesen y maldecir a la mayoría de los que me rodean. La verdad es que, aunque ahora me haga gracia decirlo, apareciste en el peor momento, no quería confiar en nadie, y mucho menos aún que lo hiciesen en mí. Es como un puto ave fénix, sólo que yo no me he levantado de mis cenizas, me he levantado de la mierda. Me sorprendió que, aún así, tuvieses la fuerza ( o curiosidad porque aún no sabías lo plasta que puedo llegar a ser) de quedarte ahí mirando, de decirme un día "si me dejas yo puedo hacer que salgas de ahí", y me sorprendió aún más notar como te ibas haciendo un sitio en mí. Cómo siempre suelo cagarla tampoco estuvo de más el miedo que sentí al verte venir. Es curioso, pero muchas veces sigo sintiéndolo, como si fueses una copa de cristal finísimo y yo una manazas que solo puede cargársela . Es lo que suelo hacer, pero intento aprender que aunque desconfíe de mi y de esa mayoría que me rodea, puedo confiar en ti. No sé como puedes estar conmigo, tu.....no sé cuánto me aguantarás, pero si lo estás es por algo y lo único que puedo hacer es aprovecharlo y disfrutarte. Por que ese sitio que te has ganado ya está ocupado. Desconozco tu propósito, no sé si llegarás, me ilusionarás, me joderás y te marcharás, como suele pasarme o serás por fin alguien y algo distinto, pero me gusta, me gusta poder respirar contigo y reírme, me es suficiente. No voy a decir que me siento super especial y única a tu lado porque mentiría, no es así, incluso podría decir que me siento super pequeñita a tu lado, y aunque eche mucho de menos esa sensación de ser única para alquien hay que ser realista, y yo no tengo ninguno de esos adjetivos, pero al menos a tu lado puedo hacer cosas muy simples que hace meses me era imposible pensar que volvería a hacerlas así de a gusto, que volvería a sentirme así. Cuándo te echo de menos es una de las peores sensaciones que tengo, pero está ahí, y me alegro de tener a alguien a quién echar de menos. Desde hace seis meses, meterme en la cama y pensar en ti antes de dormirme, en lugar de hacerlo llorando, se ha convertido en mi rutina preferida, así es que solo puedo decirte GRACIAS, porque cuándo estás y me abrazas es aún mejor....
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