Las reglas no están hechas para mi, me dejo llevar por las emociones. Seguro que algunas de las historias de amor más apasionadas de todos los tiempos empezaron con un polvo en la primera cita. No seré la primera en llamarle, y si no vuelve a dirigirme la palabra, le recordaré cariñosamente como un gilipollas.
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