28 mar 2012
Es increíble como varía la distancia entre nosotros del fin de semana al jodido Lunes. O al menos, como yo la siento. Es como una relación de fines de semana. Esporádico. No se si será la falta de costumbre de tenerte lejos ( y doy gracias a que no sean más km), algo que no había vivido en ninguna relación hasta ahora. Bueno, en realidad sí, pero digamos que aquello no fue una relación. o quizá sólo sea yo, que siempre dependo más de lo que me gustaría de la única persona con quien puedo respirar tranquila. El caso es que siempre he odiado la rutina, la monotonía y el increíble cambio que pegan las relaciones como consecuencia de ambas y, sin embargo, y curiosamente, a ti te necesito en mi rutina. necesito llegar del trabajo y, aunque no pueda despertarte, verte ahí y poder contarte al día siguiente las gilipolleces que he sufrido en el trabajo. No tener que hacerte un resumen y esperar al fin de semana para juntar todo lo que nos han ocurrido durante la semana y exponerlo a modo de brainstorm. Ver un vídeo o noticia que me guste y poder enseñártelo viéndote la cara, sin tener, otra vez, que esperar al fin de semana. No se si tu pensarás lo mismo, seguramente no. Segurament eni te plantees como sería vivir esto de otra forma, y si lo haces, lo peor de todo es que no seré yo quién lo escuche ni a quién se lo confieses. Seguramente esto sea la gilipollez más grande del mundo y yo esté exponiendo mi habilidad para llevarlo todo al límite. Seguramente sea hasta bueno para ti (no tanto para mi) el tener tu tiempo para tus trabajos o reuniones de socios y demás. Por supuesto, mi estado de ánimo, va innatamente sujeto a este extraño fenómeno de la naturaleza, así que estando a miércoles os podéis hacer una idea de la alegría que me fluye por las venas. Si ahora hay ocasiones en las que tengo la certeza de que te vas aburriendo de mí, de que poco a poco vas viendo que no soy la persona que durante unos cuantos meses y charlas por skype te imaginabas, no quiero pensar cuán hasta las narices estarías de mí si me aguantases todos los días y a casi todas horas...me da miedo pensarlo. Lo que si sé es que me arriesgaría sin pensarlo dos veces.
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