Me siento culpable. De algo que desconozco y que no puedo sentir, ni ver, ni tocar. Hoy te he visto, y me he montado el numerito para ver quien se dejaba querer. Cuando me has llamado al móvil he notado como caía una losa encima de mi estomago. Aplastada. Como si supiese lo que iba a pasar...lo sabía. Pero cuando te he visto.... Algo o alguien me ha gritado en la cabeza que soy yo quien te ha dejado ir, quien no ha hecho todo lo que podia, lo suficiente, para tenerte ahí. Quien dijo que jamás te soltaría y, al final, se ha rendido. Es estúpido que me sienta así, lo sé, al igual que es estúpido que lo sientas tu. Pero no puedo evitarlo. La capacidad más extraordinaria del ser humano y la que mas odio: PENSAMOS. No es arrepentimiento, creo, es inseguridad. Cuando tenía la decisión tomada y con el esfuerzo que me había costado, no temía el momento de hacerlo. Sin embargo, al volver a casa después de todo, caminaba con las piernas tiritando, la voz temblorosa, los ojos ciegos y una rave en el estomago.
- ¿Qué has hecho, Cris?
- Cállate. No debería ni hablar contigo. He hecho lo que tu querías y dijiste.
- Eres imbécil. Tienes que quererlo tú y hacerlo tú.
- ¿Y quien soy yo si no te escucho, si no me dices?
- Cris. Sin mi sólo eres Cris, y ni siquiera perdonas lo que te has hecho.
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