Me despierto por la mañana y, al salir de la cama, casi noto como el aire me abandona. No estás ahí. Quizá no vuelvas a estarlo. Pero lo recuerdo como si fuese el primer dia. Me resulta extraño ir haciéndome a la idea de extrañarte, si aún te tengo. Nunca me ha pasado algo así. Nadie me ha pasado así. La luz del sol me pega en la cara y parece que me estuviese diciendo: "Eh, que ya es hora, no crees?". No, no lo creo. No quiero que sea la "hora". En dos semanas no he parado de preguntarme como hace el resto de la gente para saber si las decisiones que toman son las correctas. Y he tardado esas dos semanas en darme cuenta, o suponer, que no lo haces. No te das cuenta. Ninguna solución es fácil. No hay decisiones fáciles, tu eres quien tienes que convencerte de que ha sido la correcta. Pero me parece falso e hipócrita, y yo no quiero hacerlo así. Supongo que podré errar como cualquier ser vivo. Supongo que podré ahogarme en aire como cualquier persona.Y que remedio. Sabes que ese es uno de los dolores que menos soporto, equivocarme, arrepentirme, mirar hacia atrás.
Siempre se dice eso de : no mires al pasado, lo hecho, hecho está. Estupideces, tu y yo sabemos que lo más valioso que tendremos son los recuerdos.
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