A mí dadme dulces mentiras y guardaos vuestras amargas verdades.
Aquella noche, a solas en la noche de la celda con un pergamino en blanco y una copa de vino, Tyrion no pudo evitar pensar en su esposa. No en Sansa, si no en su primera esposa; Tysha. << La esposa puta, no la esposa loba. >> El amor que decía sentir por él había sido fingido, pero el se lo había creído, y al creerlo había sido feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario